13.9.08

Guerra

Todo esto de "reformarse" parece llevar muchas pequeñas batallas. Yo pensé que ya iba a mejorar todo, después de las últimas batallas, pero parece que va a ir de mal en peor poco a poco hasta que finalmente me ajuste completamente. No me agrada el prospecto.

Nunca he sido una de esas personas que se ajustan a los grupos, que tiene una tarjeta marcada que dice quién soy, qué hago y cómo me comporto. Jamás me ha molestado. Tampoco voy a ganar un concurso de popularidad, ni siquiera en mi propia familia, pero nunca he aspirado a hacerlo. Para mí no hay ningún problema si aquellas personas que quiero me quieren. No dudo que lo hagan pero a veces el mundo se pone en mi contra cuando yo estoy haciendo las paces con él. Cuando decido portarme "bien" y tener caridad y todas esas virtudes, la montaña crece el triple y las fuerzas se me desvanecen...

Me cuesta mucho compaginar quién soy con quién quiero ser y con quién pretenden que sea. Todo el tiempo son peleas por modificar actitudes; siempre hay algo malo, algo que corregir, algún regaño... y esto no es sólo del mundo exterior: yo lo hago conmigo misma. Me regaño por no comportarme como quisiera; por no ser quien quisiera ser; y por tener tanto miedo a arriesgarme a hacerlo. Me siento muy bipolar...

Tengo amistades que me quieren, pasatiempos, estudios y pasiones. Pero al final del día soy una dork, una freak, una loser y una loca rara para estándares aburridos comunes.
Me gusta salir a divertirme pero me gusta quedarme en mi casa de vez en cuando con Isolda (mi amiga la computadora; hasta nombre tiene). A veces simplemente no me interesa escuchar las mismas pláticas estúpidas con gente que ni siquiera conozco. No tengo dificultades para hacer amigos y pasarmela bien a dónde vaya, pero hay días en que no quiero, simplemente porque hay un algo que me gustó más.
Me gustan los libros y puedo embeberme en ellos por horas eternas... con ellos visito países, conozco gente fascinante, aprendo miles, soy la princesa del cuento rescatada por el príncipe azul (que en vida real está extinto). Lloro, río, me enamoro y me indigno... es un huracán de emociones comprimidos en conjuntos de curvas y líneas impresas (o que veo en la pantalla). Me fascina escribir también... tener ese poder de decidir que va a pasar y moldear acciones, sentimientos y personajes. Explorar nuevos mundos con gente nueva y dejar que ellos me ayuden a escribir sus futuros.
Las caricaturas me vuelven loca y amo los episodios de anime que me convierten mágicamente otra vez en la niña que creía que se podía subir a las nubes a dormir o jugar con las estrellas a las escondidas.
Actuar es mi pasión entera porque con el personaje hago de él todo lo que esa persona es, quiso ser y será. Juego con él y no me lo tomo nunca totalmente en serio; lo voy conociendo poco a poco y dejo que se muestre lentamente...
Mi otro amor es pintar... pero como una expresión. No como decoración de "qué lindo cuadro" si no de aquellos que impactan y hacen pensar. No soy pintora; soy artista y busco expresarme y sacar mis sentimientos. No agradar a la audiencia. Así soy real.
Me fascina vivir e involucrarme con el mundo entera. Pero para hacer eso no necesariamente necesito de compañía de otros seres humanos... en meditaciones, escuchando música, en paseos solitarios o nadando estoy en paz; me siento armónica sin tener que pelear con nadie. Simplemente soy.

Entiendo que no es factible creer que uno siempre va a estar en mundos ajenos al real y que no siempre se puede estar en armonía. Entiendo que toda la vida van a haber clientes, trabajo, cosas que odiamos, obligaciones... lo sé. Tomaré una actitud infantil ante ellos a veces pero todavía me aferro a la creencia de ideales, de ganarme el pan de cada día con un trabajo que ame completamente; tanto, que lidiar con clientes y todos los problemas que eso acarrea sean nimiedades. Me aferro a ver en todo algo bueno, a creer en la luz al final del camino rocoso, a tomarme las cosas un poco más ligero de cómo vienen... y me aferro porque sé que tiene algo de cierto.

1 comentario:

or!kid dijo...

As I started to picture the trees in the storm, the answer began to dawn on me. The trees in the storm don't try to stand up straight and tall and erect. They allow themselves to bend and be blown with the wind. They understand the power of letting go. Those trees and those branches that try too hard to stand up strong and straight are the ones that break. Now is not the time for you to be strong, Julia, or you, too, will break.

-- Julia Butterfly Hill


A veces quisieramos tomar la vida en nuestras manos, obtenerla, dirigirla, sentirla y vivirla como cremos que a nosotros mejor nos conviene... como a nosotros nos gustaría tenerla.

Para poder vivir hay que crecer... y para crecer hay que dejarse llevar por la vida, to let go... Para poder vivir debemos de sentir toooooodo en todo su potencial: las experiencias buenas, las malas, los sentimientos ricos, los dolorosos, los tristes, los alegres... Todo es parte de una misma vida, de la misma raíz... De una misma existencia... Es un mismo árbol que se deja llevar por la tormenta, que se alegra con la primavera, que disfruta del verano y se entristece con el invierno... Ese mismo árbol fue pequeño... fue una semilla... poco a poco fue aprendiendo como el desprendimiento de sus ojas sería menos doloroso y cómo éstas con el tiempo serían grandes, sería frondoso, sería hermoso... Pero tuvo que aprender a dejar ir todo aquello que le impedía llegar a ser maravilloso y le dejaba como un arbusto.

El ser uno mismo no tiene nada de malo... todo lo contrario es absolutamente delicioso... y aún más cuando te dejas llevar por lo que la vida te dice y no otros y cuando decides vivir lo que la vida te dice que debes vivir y no lo que tanto planeaste.

"There are things that we never want to let go of, people we never want to leave behind. But keep in mind that letting go isn’t the end of the world, it’s the beginning of a new life."