El pedazo de cartón

Finalmente les llegó el momento... Es una acumulación de desvelos, tristezas, frustraciones, alegrías, parrandas y aprendizajes. Ese momento crucial en sus vidas que marca el final de una etapa de veintitantos años. Hay que despertarse temprano, emperifollarse y como dirían algunos ponerse decente; toda la parafernalia que conlleva la celebración.

Me da risa pensar que han pasado 5 años (algunos más o menos) atendiendo a la misma universidad 5 veces por semana (a veces menos, gracias por eso) por muchas horas seguidas y la gran mayoría de veces en fachas, despeinados y desvelados. Y no era sólo a estudiar; también era a pelearse con la facultad o con un compañero que no trabajaba; a quejarse de los catedráticos, de las tareas, de los compañeros; a reírse un rato a costa de alguien o a costa de nadie; a entregar tareas, asignarse cursos... en resumen, a hacer de todo y muchas veces lo menos era poner atención.

El diploma que se les da a cada estudiante es exactamente el mismo. Varía por su carrera y algunos que les dan palabras extrañas en latín que alguien decidió adjudicarles que eran honores. Se pueden ver sus caras satisfechas: de felicidad, de alivio, de orgullo. Y uno se pregunta que historias hubieron debajo de la obtención de ese diploma, de ese mentado licenciado, arquitecto, ingeniero, etcétera. Que estudiante de entre esos fue el que llevo a sus espaldas a alguien más; que estudiante de esos fue el rebelde, el loco, alguno de los clásicos estereotipos; que estudiante de allí será el que va a dejar su huella en el mundo; que estudiante de esos no va a hacer nada de su vida... Sería interesante poder verlos de aquí a unos 10 años y saber que ha sido de su vida, pero realmente saberlo. No medirlo con el cheque, el carro, la casa, el cónyuge, el puesto si no realmente con la evolución de sus mentes y de su espíritu.

Un estudiante dijo "seremos los gestores del cambio"... y yo digo: "¡qué se mire!". Espero que realmente se lo tomen a pecho y que sean gestores de un cambio positivo para mejorar. Que sean de aquellos locos que se atreven a cambiar el mundo y sin temor. Ya los educaron, ya los guiaron, ya tienen su pedazo de cartón que le dicen diploma, ya tuvieron su celebración... ¿y ahora... qué?