23.7.08

Uno de esos días

Iba a ser una entrada de esas reflexivas... Iba a ser filósofica...
Pero soy una persona que se cansa de tanta seriedad y de leer tristezas... así que que mejor que leer del clima.

Hoy fue uno de esos días raros en el que inició bello, azul y cálido sin ser sofocante. Progresó lentamente llegando a ser un poco caluroso. De repente de la nada empezó a llover, de forma torrencial...
No me quería mojar porque no quería enfermar así que tuve que esperar a que pasara la tormenta. (No, esta no es una entrada para sólo ocupar espacio). De repente, vuelta otra vez el sol precioso, con unas cuantas nubes amenazadoras. Después de almuerzo, y con el sol brillando fuerte, volvió a empezar a llover. Inició con un trueno estrepitoso que nos asustó a todos. Nada agradable y bastante ensordecedor. Siguió el día con mucha lluvia y el frío levantándose. La luz eléctrica misma dudaba si reaparecer. Finalmente llegué a mi casa entre un atardecer hermosísimo que culminó con un arcoiris completo en el cielo bañado de azules, amarillos y blancos y enmarcado por la naturaleza. No podía quedarme sin ser parte de todo ese esplendor, encerrada en mi casa perdiéndome toda esa belleza; salí huyendo para poder compartir ese momento y lo disfruté. Bañada en luz multicolor, respirando aire puro. Un final completamente dramático para un día tan fenomenal con tantas subidas y bajadas... la cúspide perfecta antes que llegara la noche.


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